Georg von der Gabelentz
Georg von der Gabelentz (1840, Poschwitz – 1893, Berlín) fue un lingüista y sinólogo alemán. Se lo considera uno de los precursores del estructuralismo lingüístico europeo.
Perteneció a una familia noble de Sajonia, que en aquel tiempo tenía su casa principal en Poschwitz, Altenburg (actualmente en Turingia oriental). Se dice que su padre, Hans Conon von der Gabelentz, hablaba 24 idiomas. El joven Georg mostró la misma inclinación hacia las lenguas extranjeras y durante su formación escolar aprendió neerlandés, italiano y chino. Terminada la educación secundaria, estudió derecho y ciencias financieras en la Universidad de Jena. En 1864 obtuvo un puesto como letrado administrativo en Dresde, ocupación que no le impidió continuar con sus estudios de chino, japonés y manchuriano en Leipzig.
En 1872 desposó a Alexandra von Rothkirch y en 1876 obtuvo su doctorado con la traducción desde el chino de una obra filosófica. Dos años después fue investido como el primer profesor de la primera cátedra que en el ámbito de habla alemana fuera específicamente dedicada a las lenguas china y japonesa.
En 1881 apareció su principal obra, la Gramática del Chino, continuamente reeditada hasta el día de hoy. Además de sus investigaciones sobre ese idioma, se ocupó de otras lenguas del este de Asia: manchuriano, mongol, tibetano y malayo. Y con Friedrich Techmer publicó desde 1884 hasta 1889 la Revista Internacional de Lingüística General.
La relevancia científica de su obra fue públicamente reconocida cuando en 1889 fue llamado a trabajar en la Universidad de Berlín, en calidad de profesor titular de la cátedra de Lenguas de Asia Oriental y Lingüística General, y casi inmediatamente fue nombrado miembro de la Academia Prusiana de Ciencias. Ese mismo año se divorció de Alexandra von Rothkirch y en 1891 contrajo matrimonio con Gertrud viuda von Adelebsen.
Entre sus estudiantes estuvieron los sinólogos Wilhelm Grube (1855-1908), J.J.M. de Groot (1854-1921) y Arthur von Rosthorn (1862-1945); el japanólogo Karl Florenz (1865-1939), el arqueólogo Max Uhle (1856-1944), el tibetólogo Heinrich Wenzel (1855-1893) y el cientista de las artes Friedrich Wilhelm Karl Müller (1863-1930).
Fragmento Seleccionado
„Jede Sprache ist zunächst ein Daseiendes und auf jeder Stufe, in jedem Augenblicke seines Daseins ein in sich Vollkommenes. Man hat von einem Organismus der Sprache geredet und diesen Ausdruck dann wieder verworfen, weil er als eigenlebiges Wesen bezeichnet, was nur eine Funktion ist. Was aber nicht zur Definition taugt, kann darum doch als Gleichnis dienen; und in der Tat wüßte ich nichts, was Entwickelung und Beschaffenheit der Sprache besser verbildlichen könnte als eben der Organismus. Hier wie dort sind alle Glieder einander und dem Ganzen notwendig, und jede Redeäußerung ist zugleich eine Äußerung der ganzen im Redenden vorhandenen Sprache. Man muß die Erscheinungen der jetzigen Sprachperiode mit den gleichartigen früherer Entwicklungsstufen vergleichen, wenn man die äußere Sprachgeschichte erforschen will. Man muß aber alle Erscheinungen einer und derselben Phase untereinander in Beziehung setzen, wenn man die bewegenden Ursachen der Sprachentwickelung begreifen will. Es ist von hoher Bedeutung für unsere Wissenschaft, daß gerade die Indogermanistik zur Zeit den so genannten falschen Analogien vorzugsweise Beachtung schenkt. Die Kluft, welche noch vor wenigen Jahren zwischen ihr und den übrigen Fächern der allgemeinen Sprachwissenschaft zu gähnen schien, ist überbrückt, seit sie ihrerseits mit jener Fülle wohlerhaltenen Beobachtungsmaterials, über welches sie gebietet, den psychologischen Kräften in der Sprachenbildung nachforscht.“
Gabelentz, G. v. (1881). Die ostasiatischen Studien und die Sprachwissenschaft. (R. v. Gotschall, Ed.) Unsere Zeit, I, 279-291.
Cada lengua es primariamente un objeto existente, un ente concreto, y en cada etapa, en cada instante de esa existencia, está completa en sí misma. Se ha dicho de la lengua que es un organismo y después se ha desechado esa expresión, pues describe como si fuera un ser vivo lo que es solo un funcionamiento, una actividad constante. Sin embargo, lo que no es útil como definición puede tal vez serlo como alegoría. Y efectivamente no sé de nada que describa mejor el desarrollo y las propiedades de una lengua que la idea de organismo. Aquí y allá se observa que cada uno de los componentes y el todo son igualmente necesarios, y cada expresión del habla es simultáneamente una expresión del todo en relación con la lengua que se está hablando. Si se quiere estudiar la historia de la lengua, hay que comparar las manifestaciones del actual periodo lingüístico con las que le son equivalentes en la etapa inmediatamente anterior. Sin embargo, si se quiere conocer las causas del desarrollo de las lenguas, hay que situar y relacionar todas las manifestaciones respecto de una y la misma fase. Es altamente significativo para nuestra ciencia que contemporáneamente la indogermanística ponga en primera línea el estudio de las falsas analogías. El abismo que parecía abrirse entre ella y las demás secciones de la lingüística general se cerró desde el momento en que comenzó a investigar las fuerzas psicológicas en la formación de las lenguas mediante los muy diversos y bien preservados materiales de observación de que dispone.
Georg von der Gabelentz (1840, Poschwitz – 1893, Berlín) fue un lingüista y sinólogo alemán. Se lo considera uno de los precursores del estructuralismo lingüístico europeo.
Perteneció a una familia noble de Sajonia, que en aquel tiempo tenía su casa principal en Poschwitz, Altenburg (actualmente en Turingia oriental). Se dice que su padre, Hans Conon von der Gabelentz, hablaba 24 idiomas. El joven Georg mostró la misma inclinación hacia las lenguas extranjeras y durante su formación escolar aprendió neerlandés, italiano y chino. Terminada la educación secundaria, estudió derecho y ciencias financieras en la Universidad de Jena. En 1864 obtuvo un puesto como letrado administrativo en Dresde, ocupación que no le impidió continuar con sus estudios de chino, japonés y manchuriano en Leipzig.
En 1872 desposó a Alexandra von Rothkirch y en 1876 obtuvo su doctorado con la traducción desde el chino de una obra filosófica. Dos años después fue investido como el primer profesor de la primera cátedra que en el ámbito de habla alemana fuera específicamente dedicada a las lenguas china y japonesa.
En 1881 apareció su principal obra, la Gramática del Chino, continuamente reeditada hasta el día de hoy. Además de sus investigaciones sobre ese idioma, se ocupó de otras lenguas del este de Asia: manchuriano, mongol, tibetano y malayo. Y con Friedrich Techmer publicó desde 1884 hasta 1889 la Revista Internacional de Lingüística General.
La relevancia científica de su obra fue públicamente reconocida cuando en 1889 fue llamado a trabajar en la Universidad de Berlín, en calidad de profesor titular de la cátedra de Lenguas de Asia Oriental y Lingüística General, y casi inmediatamente fue nombrado miembro de la Academia Prusiana de Ciencias. Ese mismo año se divorció de Alexandra von Rothkirch y en 1891 contrajo matrimonio con Gertrud viuda von Adelebsen.
Entre sus estudiantes estuvieron los sinólogos Wilhelm Grube (1855-1908), J.J.M. de Groot (1854-1921) y Arthur von Rosthorn (1862-1945); el japanólogo Karl Florenz (1865-1939), el arqueólogo Max Uhle (1856-1944), el tibetólogo Heinrich Wenzel (1855-1893) y el cientista de las artes Friedrich Wilhelm Karl Müller (1863-1930).
Fragmento Seleccionado
„Jede Sprache ist zunächst ein Daseiendes und auf jeder Stufe, in jedem Augenblicke seines Daseins ein in sich Vollkommenes. Man hat von einem Organismus der Sprache geredet und diesen Ausdruck dann wieder verworfen, weil er als eigenlebiges Wesen bezeichnet, was nur eine Funktion ist. Was aber nicht zur Definition taugt, kann darum doch als Gleichnis dienen; und in der Tat wüßte ich nichts, was Entwickelung und Beschaffenheit der Sprache besser verbildlichen könnte als eben der Organismus. Hier wie dort sind alle Glieder einander und dem Ganzen notwendig, und jede Redeäußerung ist zugleich eine Äußerung der ganzen im Redenden vorhandenen Sprache. Man muß die Erscheinungen der jetzigen Sprachperiode mit den gleichartigen früherer Entwicklungsstufen vergleichen, wenn man die äußere Sprachgeschichte erforschen will. Man muß aber alle Erscheinungen einer und derselben Phase untereinander in Beziehung setzen, wenn man die bewegenden Ursachen der Sprachentwickelung begreifen will. Es ist von hoher Bedeutung für unsere Wissenschaft, daß gerade die Indogermanistik zur Zeit den so genannten falschen Analogien vorzugsweise Beachtung schenkt. Die Kluft, welche noch vor wenigen Jahren zwischen ihr und den übrigen Fächern der allgemeinen Sprachwissenschaft zu gähnen schien, ist überbrückt, seit sie ihrerseits mit jener Fülle wohlerhaltenen Beobachtungsmaterials, über welches sie gebietet, den psychologischen Kräften in der Sprachenbildung nachforscht.“
Gabelentz, G. v. (1881). Die ostasiatischen Studien und die Sprachwissenschaft. (R. v. Gotschall, Ed.) Unsere Zeit, I, 279-291.
Cada lengua es primariamente un objeto existente, un ente concreto, y en cada etapa, en cada instante de esa existencia, está completa en sí misma. Se ha dicho de la lengua que es un organismo y después se ha desechado esa expresión, pues describe como si fuera un ser vivo lo que es solo un funcionamiento, una actividad constante. Sin embargo, lo que no es útil como definición puede tal vez serlo como alegoría. Y efectivamente no sé de nada que describa mejor el desarrollo y las propiedades de una lengua que la idea de organismo. Aquí y allá se observa que cada uno de los componentes y el todo son igualmente necesarios, y cada expresión del habla es simultáneamente una expresión del todo en relación con la lengua que se está hablando. Si se quiere estudiar la historia de la lengua, hay que comparar las manifestaciones del actual periodo lingüístico con las que le son equivalentes en la etapa inmediatamente anterior. Sin embargo, si se quiere conocer las causas del desarrollo de las lenguas, hay que situar y relacionar todas las manifestaciones respecto de una y la misma fase. Es altamente significativo para nuestra ciencia que contemporáneamente la indogermanística ponga en primera línea el estudio de las falsas analogías. El abismo que parecía abrirse entre ella y las demás secciones de la lingüística general se cerró desde el momento en que comenzó a investigar las fuerzas psicológicas en la formación de las lenguas mediante los muy diversos y bien preservados materiales de observación de que dispone.
Imagen de la cabecera: Palacio de Poschwitz, Wikimedia Commons / Jwaller